3- Beber agua y limitar el consumo de refrescos (gaseosas) y alcohol
No podemos despreciar el hecho de que el cuerpo humano esta compuesto en un 70-75% agua, por lo que esta bebida es el componente esencial de nuestro cuerpo.
Se recomienda beber aproximadamente 2,5 litros de agua al día, si haces actividad física se recomienda beber entre 1 y 1,5l más. Esto te ayudará a sentirte con más energía, tendrás menos hambre entre horas, limpiarás las toxinas del cuerpo con mayor efectividad, etc.
Uno de los principales problemas en las dietas de hoy en día es el exceso de azúcares simples. Las bebidas azucaradas o las alcohólicas están sustituyendo al agua en las comidas y poco a poco están lastrando la dieta. Aunque la base de todas las bebidas sea el agua no podemos equiparar nutricionalmente por ejemplo un vaso de agua mineral a un vaso de refresco.
Si bien parte del agua que ingerimos diariamente proviene de los alimentos que consumimos como las
frutas y las verduras principalmente, se deben ingerir al menos 1,5 litros mas de agua en forma líquida.
4- Relájate y controla el estrés
El estrés, es la respuesta del organismo ante cualquier demanda física, mental o social. El estrés es positivo, cuando reaccionamos adecuadamente ante los estímulos de la vida, y es necesario para enfrentarnos con las situaciones cotidianas. Hoy día con nuestra forma de vida en las sociedades que se suponen avanzadas, estamos sometidos a un sinfín de estímulos y agresiones tanto físicas como psíquicas, que no somos capaces de controlar, o que de tanto estar en alerta para tener la vida y nuestro entorno bajo control, acaban agotando nuestras defensas y es cuando surge el exceso de estrés.
El estrés, es la enfermedad de nuestro tiempo, una enfermedad silenciosa y sin síntomas aparentes, que poco a poco va minando nuestro cuerpo y nuestra mente. Cuando nos damos cuenta se manifiesta con síntomas y enfermedades más variados, pues puede producir cualquier enfermedad: ataques cardíacos, ulceras de estomago, cáncer, depresiones... en fin deprime nuestro sistema inmunitario, y podemos desarrollar cualquier enfermedad.
Estrés
La exposición a situaciones estresantes es una de las experiencias humanas más comunes. De hecho, el estilo de vida occidental en el que estamos inmersos produce niveles de estrés cada vez más elevados. Estas situaciones varían desde los contratiempos diarios, horarios laborales ajustados y prisas cotidianas hasta eventos inesperados como enfermedades, desastres naturales o conflictos sociales. Datos de encuesta recogidos recientemente por la prestigiosa empresa norteamericana Gallup reflejan que aproximadamente el 80% de trabajadores siente o ha sentido estrés en su puesto de trabajo.
Procura tener un equilibrio entre el trabajo, el hogar y las actividades recreativas. Busca el apoyo de familiares y amigos. Mantén una actitud positiva. Tómate tiempo para relajarte. Duerme entre siete a nueve horas por la noche. Busca ayuda o atención psicológica de ser necesario. Utiliza terapias alternativas que favorezcan la relajación.
Lo conseguiremos dedicando más tiempo para nosotros y nuestras circunstancias: ejercicio, salir al campo, montaña, playa, dedicar mas tiempo a la familia y a los amigos y dedicarnos más tiempo a nosotros mismos: respiración, lectura, en fin nuestras aficiones personales.
5- Protégete y evita factores de riesgo
Hay que tener bajo control, o evitarlos, una serie de factores de riesgo para la salud. Alcohol, tomarlo con moderación o evitarlo, pues a la larga perjudicara nuestra salud. Tabaco, por el daño que hace a nuestros pulmones, y al resto del organismo en general, ya que no se oxigena bien debido a la disminución de la capacidad pulmonar, además de otras enfermedades más graves que nos puede producir.
Usa cascos, cinturones de seguridad, protector solar y repelente de insectos. Lávate las manos para detener la propagación de los gérmenes. Evita el cigarrillo y el humo del tabaco de otras personas. Mantén relaciones sanas y seguras con familiares y amigos. Prepárate para enfrentar emergencias. Mantén listo un kit de provisiones
Evitar el tabaco, el alcohol, las bacterias, los ambientes cerrados sin ventilar, las malas
relaciones con amigos y familia, los alimentos con alto contenido de sodio, y otros muchos
factores de riesgo pueden hacer un cambio significativo en su vida.
6- Visita al médico periódicamente
Tenemos que hacernos chequeos médicos periódicos, analíticas y otra serie de exploraciones, para ver como va el estado de nuestra salud. Parece mentira lo poco que nos preocupamos por nuestra salud, al coche le hacemos revisiones periódicas, así como cuando tiene alguna cosa mal que enseguida se la cambiamos, le mantenemos limpio y en buen estado. Si hiciéramos lo mismo que al coche con la salud de nuestro cuerpo y mente, estaríamos sanos y radiantes.
Pregunte a tu especialista cómo puede reducir el riesgo de problemas de salud teniendo en cuenta tu estilo de vida y antecedentes personales y familiares. Realízate los exámenes, análisis y vacunas que necesites. Hazte chequeos con la frecuencia que te indique tu médico. Haz una cita en cuanto te sientas enfermo o con dolor, notes cambios o experimentes problemas con algún medicamento
Nuestro cuerpo es nuestro santuario por lo tanto hay que cuidarlo como tal.
Una visita al médico puede ayudarte a prevenir o a hallar un problema antes
que este consiga desarrollarse.
7- Ejercita tu cerebro y tu mente
La actividad mental, es el proceso cognitivo del conocimiento sobre las cosas. Estos procesos hay que mantenerlos y fomentarlos en todas las épocas de la vida, en la niñez y juventud, para potenciar el cerebro y los conocimientos y en la madurez para prevenir enfermedades degenerativas como el alzhéimer y el parkinson. Lectura, cine, televisión, aprender cosas nuevas, estar al día en las nuevas tecnologías.... Mantener la curiosidad por la vida y nuestro entorno.
Mantener joven, relajado y ejercitado el cerebro es indispensable para vivir más, reducir el riesgo de enfermedades y mejorar tu calidad de vida. Aquí te decimos cómo lograrlo.
Así como es importante trabajar los músculos de tu cuerpo para verte y sentirte bien, es básico que todas las personas trabajen con su memoria, ya que el cerebro es también un músculo que pocas veces se pone en práctica.
Actividad mental, junto con una adecuada actividad física, mens-sana in corpore sano, ya que el cuerpo y la mente van unidos y no funciona uno sin el otro. Si el cuerpo no funciona se deteriora la mente y viceversa.
Investigaciones recientes demuestran que leer en voz alta y realizar cálculos
rápidamente son actividades efectivas para ejercitar tu cerebro.